Conozca Randy Boyd, uno de los propietarios de viñedos y de una villa dentro del resort de The Vines, apasionado por las actividades de montaña y las experiencias en nuestra bodega.

En su opinión, ¿qué tiene de especial Mendoza? ¿Qué es  lo que lo impulsó a invertir en el Valle de Uco, primero en un viñedo y luego en una Villa en The Vines Resort & Spa? 

Fue casualidad. Pasaba por Mendoza en 2007 para escalar el Aconcagua, pero tuve que posponerlo debido al clima. Ese ‘tiempo muerto’ en Mendoza me llevó a conocer bodegas, a enamorarme de la gente de aquí, de la comida y sin duda del vino. Al año siguiente, volvimos con mi esposa y ella también se enamoró de la región.

Fue así que decidimos comprar un viñedo, y debido a nuestra falta de conocimiento, tiempo y distancia, nos pareció que asociarnos con The Vines era lo más lógico. En un primer momento plantamos Malbec y Tempranillo. Años después, en un asado con Michael y el equipo, Michael compartió con  nosotros su visión de un resort. Y así nos animamos a comprar una Villa, y creo que fuimos los primeros. Al año siguiente, también en un asado, mi esposa Jenny le comentó a Michael su fascinación por el Pinot Noir y muy pronto nos encontramos comprando el segundo viñedos para plantar 5 cepas de Pinot, y nuevamente, fuimos unos de los primeros en hacer esto en The Vines. Nada fue planeado, recorrer viñedos, comprar una villa, plantar un segundo viñedo, pero estamos felices con los resultados. ¡Casualidad! Que por cierto, es el nombre de nuestros vinos (Serendipity en inglés).

Cuéntenos sobre sus viñedos. ¿Qué ha plantado y qué tipo de vinos produce? ¿Hay algún corte o varietal que esté interesado desarrollar?

En nuestro primer viñedo tenemos una hectárea y media de Malbec y media de Tempranillo. Vendemos el 80% de las uvas y resto lo elaboramos, que son alrededor de 8 a 10 barricas por año. El año pasado probamos la fermentación en barrica y estamos tan felices con los resultados que este año lo intentaremos de nuevo. También estamos muy emocionados con el Tempranillo que cosecharemos este vendimia, del cual planeamos hacer 300 botellas. El año que viene esperamos nuestras primeras uvas de Pinot Noir, hemos plantamos cinco cepas diferentes de esta uva, que a mi entender, es muy normal mezclarlas. Sin embargo, vamos a hacer cajas con dos botellas de cada cepa y dos botellas del blend para que los fans de Pinot Noir puedan degustar las sutilidades de cada uno.

¿Cuál ha sido la mejor parte de producir vinos junto al equipo de The Vines of Mendoza? ¿Qué consejo le brindaría a las parejas que están por embarcarse en esta aventura?

 Disfrutamos mucho del vino y del proceso de hacerlo, pero es muy reconfortante saber que el equipo de The Vines se puede encargar completamente de esta tarea y que nosotros, a final de proceso, obtendremos un vino fantástico. Cuando queremos ‘ayudar’, por ejemplo con los cortes, el staff es muy diplomático al momento de guiarnos para tomar buenas decisiones. Por otro lado, el equipo es innovador y da todo su apoyo cuando se trata de cosas nuevas, como en el caso de las botellas de 1 litro (nuestro primer año), las cepas de Pinot Noir, Tempranillo y la fermentación en barrica. Te permiten ser innovador de forma racional. Si estuviéramos produciendo un vino de calidad media igual a muchos otros, no sería tan entretenido como lo es.

¿Para qué actividad se guarda un poco de tiempo cuando viene Mendoza? ¿Qué es lo que más aprovechará en la Villa?

Disfrutamos mucho de las cabalgatas por la cordillera de los Andes y por supuesto de los almuerzos en las docenas de bodegas que se encuentran en los alrededores, pero el resort es increíble, y lo que más disfrutamos en realidad es relajarnos en el patio, deck, restaurante o piscina e intentar absorber la belleza del lugar.